Sunday, December 24, 2006

Un pequeño cuentito.

Yo sólo veía el reflejo de la luz sobre mi mancuernilla. Era hermoso.
De pronto el cantinero me saca de mi trance.
-Su manhattan, señor
Nunca pedía martinis, pero ese día era especial, mas que especial, diferente. Le di las gracias al cantinero y levanté mi mirada para apreciar el salón donde estaba.
Las alfombras rojas daban un ambiente cálido y cuarentón al lugar. Las paredes de roble mitigaban el calor y el gigantesco y hermoso candelabro de cristal cortado iluminaba aquél salón.

Algo andaba mal. No conocía a nadie. Traté de pensar, de recordar como yo había llegado a ese elegante salón repleto de personas bien arregladas. De pronto mi mente se vió desviada hacia una hermosa mujer con el cabello del color del fuego, la piel tostada usando un vesitdo amarillo.
Mi mirada la empezó a recorrer desde abajo, de pronto nuestras miradas se cruzaron. Ella me quitó la mirada con tal indiferencia que el momento murio.
Me dije a mismo
-Archivero, ¿Como has llegado aquí? ¿Que pasa, porque usas un smoking?
No podíá concentrarme, la banda situada la fondo del salón tocaba Night and Day a todo volumen.
Llegué a la conclusión que debía ir a un lugar mas callado. Giré hacia la barra, le di a un trago a mi manhattan, y con cierto asco le dije al cantinero:
-La próxima que sea un martini seco, o te mato.
Me desconcertó mi respuesto, pero así debían de ser las cosas para mi, para Archiv... Archivero. Que raro me sentí.
Al baño corrí para pensar y queitarme esa sensación.

Un mozo me abrió la puerta y se dirigió amablemente hacia mi con mis dos apellidos y el titulo Dr.
-Ahora algo anda mal - pense- no conozco a nadie, no se como llegue aquí y ese recoge-toallas sabe mis dos apellidos, y peor tantito me dijo doctor. ¿que pasa?
Sabía que esto no era un sueño, ya que había probado el pellizco, el agua, tomado martinis y experimentado muchos olores, no se, sabía qu eno era un sueño puesto que podía cerrar mis ojos, y todo era lógico, pero desconocido.
Corrí al lavabo para mojarme la cara y tratar de despertar.
Vaya susto el que me llevé al verme en el espejo del lavabo.
Era yo, pero con el pelo casi blanco, la piel arrugada y colgada, los ojos llorosos, era yo, pero ancianizado.

Salí del baño horrorizado tratando de encontrar una explicación. Busque en mis bolsillos alguna pista, y encontré un papel doblado.
No es que sea un distintivo, pero yo doblo los papeles de determinada manera, y ese papel estaba doblado como si yo lo hubiese doblado.
Al desdoblarlo para descubirri lo que tenía escrito mes sormprendieron las palabras:
ARCHIVERO HA MUERTO. APROVECHA CUANTO PUEDAS.
Chiiiiiiiiiiiiale!!!! era mi manuscrita! tenía mi firma al final!

Escuché a una pareja detrás de mi decir:
-Si, es un genio, pero su vida es una mierda
-Mas solo que un vagabundo, ¿cierto?

Rieron y se fueron. Tiré el papel al piso, asustado y recordé. Existí muchos años, pero no los viví. Ahora una lagrima recorria mi cara, mientras la banda tocaba I´ve got you under mi skin.
-Pide al tiempo que vuelva- pense- pide al tiempo que vuelva.

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