"Un hombre con sombrero sabe lo que quiere de la vida."
-El amigo del primo de un amigo, 2007
La puntada que se aventó este hombre en una peda, para justificar su sombrero condechi, la entendí hace apenas unos días.-El amigo del primo de un amigo, 2007
'¡A echar el bailongo!' me dijo un gran amigo para invitarme a su festejo cumpleañístico en un lienzo charro, rodeo o como quieran llamarle (disculpen mi ignorancia en el tema).
Al llegar, el tequila fluyó como aceite en engranaje y pronto fui a la tienda de la entrada a comprarme un sombrero (carísimo el canijo, por lo menos estaba chingón) y entre cigarros y tequilas, la banda convocó a toda la raza a bailar el famosísimo "Don´t break my heart" o como le conocemos aquí "No rompas más mi pobre corazón", esa madre de Caballo Dorado.
No es ningún secreto de estado que no puedo bailar ni la macarena, pero ya entrado en copas siento que puedo bailar cualquier tango de Gardel mejor que Gene Kelly. Pronto llegué con una chavita que venía con toda la gente que trajo mi amigo. Él es profesor en una prepa bien acá y pues invitó a algunas de sus alumnas. Y si pensabas que rápidamente me convertí en asaltacunas, estas en lo cierto.
Una niña hermosa, un cuerpo del terror y con una sonrisa coqueta me dijo que bailaba, del 1 al 10, de 8. Lo más lindo que alguien me haya dicho jamás.
Pues entre baile, arrimón, baile arrimón, me apresuré a besarla; pero mi sobrero pegaba con su frente. Pensé en quitarme el sombrero (o como se dice coloquialmente, mandarlo a la verga) pero me dolía el codo. Sus ojos me decían que la besara ya. Mi sombrero me decía que no lo abandonara.
¿Qué pasó?
Tengo un sombrero bien chingón.