Esta fue la última frase que me dijo al despedirnos. El bus N11 llegó y ella debía cogerlo para irse a casa, al día siguiente tenía que ir a trabajar.
Me la repitió decenas de veces durante toda la noche, todo para hacernos a la idea de que cuando nos despidiéramos, sería un adiós definitivo; el último adiós, eso era seguro.
Me dijo que no pusiera esa cara a lo cual respondí con un tono sarcástico que no tenía otra cara para poner y ella sonrió como siempre. Sonreí al contemplarla por última vez, tan hermosa. La cogí del brazo y la jalé hacia mi, no quería que se fuera.
Los hombros me pesaban y caían, el estómago se absorbía creando un enorme vacío, los ojos querían humedecerse y mi mano no la quería soltar.
Después, se fue.
No hubo un último beso.
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2 comments:
ay, Alex...
quiero decirte que hay peores cosas... (porque las hay) pero no tienes mente para nada mas. bien por eso último que dije.
ya pasará.
como todo.
ánimo!
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